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Italia adopta estrategias para mejorar las condiciones laborales en la moda de lujo

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Italia, como núcleo de la moda de alta gama global, ha implementado un programa para eliminar la explotación de trabajadores en su red de producción. Esto surge después de varias indagaciones judiciales que revelaron abusos continuos en fábricas que confeccionan para marcas reconocidas.

El territorio, encargado de cerca del 50% de la creación mundial de productos de alta gama, ha sido objeto de un aumento en el examen de las condiciones de trabajo en su sector textil. Hace poco, una corte en Milán tomó acciones contra una división de la casa de moda Valentino por malos tratos en su red de suministro, descubriendo un taller en las afueras de Milán donde empleados, principalmente inmigrantes no regularizados, trabajaban hasta 90 horas por semana en ambientes insalubres y con remuneraciones muy bajas.

En consecuencia, funcionarios judiciales, miembros de la industria y organizaciones sindicales acordaron un plan que, aunque no tiene carácter vinculante, pretende instaurar métodos de claridad y obligación. El pacto contempla crear un sistema de datos donde las empresas podrán registrar información sobre obligaciones fiscales, contribuciones a la seguridad social y cumplimiento de normativas laborales, con revisiones cada seis meses. Asimismo, el gobierno de la región de Lombardía otorgará certificados de transparencia renovables semestralmente para las compañías involucradas.

Aunque unirse a esta plataforma es opcional, se anticipa que las firmas de moda impulsen su aprovechamiento entre sus suministradores. La meta es disminuir la demanda de acciones legales y fomentar prácticas laborales justas en el sector.

Este movimiento se enmarca en un contexto más amplio de presión sobre la industria de la moda para mejorar las condiciones laborales y adoptar prácticas más sostenibles. Organizaciones como Fashion Revolution han sido clave en la denuncia de abusos y en la promoción de la transparencia en la cadena de suministro.

El ejemplo de Italia ilustra una tendencia mundial en la que tanto los consumidores como las instituciones piden a las empresas más compromiso con la responsabilidad social y ecológica. El sector de la moda, conocido históricamente por su creatividad y lujo, debe ahora afrontar el reto de armonizar estos principios con el respeto por los derechos de los trabajadores y la preservación ambiental.

En este sentido, el plan italiano representa un esfuerzo significativo para transformar la industria desde adentro, fomentando una cultura de responsabilidad y ética que podría servir de modelo para otros países productores de moda.

Sin embargo, la efectividad de este plan dependerá de la voluntad de las empresas para implementar cambios reales y de la capacidad del gobierno para supervisar y hacer cumplir las nuevas prácticas. Solo el tiempo dirá si este enfoque colaborativo puede generar un cambio duradero en la industria de la moda de lujo.

Por Otilia Adame Luevano