La compañía nacional de suministro de agua ha comunicado el inicio de un innovador proyecto piloto para instalar medidores inteligentes con telemedición. Esta iniciativa busca resolver un problema de larga data: cerca del 50% del agua producida no se registra. Este problema se debe a pérdidas físicas, como las fugas en las tuberías, además de consumos que no se cobran debido a fraudes o impagos.
El dirigente del ente, Pablo Ferreri, detalló que la meta principal es disminuir en gran medida ese 50 % de agua no contabilizada. Para lograrlo, se ha pactado un financiamiento del extranjero por 60 millones de dólares, con el propósito de sustituir los contadores convencionales por medidores inteligentes parecidos a los que ya utiliza la compañía eléctrica nacional. Estos aparatos permitirán supervisar el consumo de manera instantánea y localizar con exactitud fugas, conexiones ilegales y otros fallos.
La experiencia piloto comenzará en la ciudad de Salto y se extenderá en una primera fase a zonas seleccionadas de la capital. Tras esta etapa de prueba, el programa será desplegado de forma gradual en todo el territorio nacional. Ferreri definió esta etapa como una apuesta hacia lo que denominó “la OSE del futuro”, basada en telemetría y tecnologías vinculadas al internet de las cosas.
Una de las principales innovaciones del proyecto es la creación de un centro de monitoreo en línea, que replicará el modelo utilizado en el sector energético. Este sistema permitirá acceder a datos actualizados en tiempo real sobre el consumo de agua, lo que facilitará una respuesta inmediata ante fugas o anomalías y optimizará los tiempos de intervención.
El comunicado también informó que la introducción de los medidores nuevos no implicará gastos extras para los consumidores. Al mismo tiempo, se lanzará un proyecto para actualizar la infraestructura: se cambiarán las secciones de tuberías dañadas por conductos más duraderos, con el objetivo de reducir las pérdidas materiales.
Este plan supone un paso significativo en la gestión del recurso hídrico en el país. La elevada pérdida de agua no contabilizada no solo representa un costo económico importante, sino que también compromete la eficiencia del sistema y el acceso equitativo al servicio. Con el piloto, la entidad apunta a una mejora sustancial en la transparencia, la respuesta operativa y la sostenibilidad del sistema.
El despliegue de tecnología avanzada, como los medidores inteligentes, permitirá registrar consumos con exactitud, reducir fraudes y detectar rápidamente fallas críticas. Además, la recolección de datos en tiempo real posibilitará una gestión proactiva, basada en evidencia, que fortalezca la planificación y asegure una alocación más eficiente de los recursos.