El intendente de Canelones, Yamandú Orsi, encabezó este miércoles el acto de bienvenida a los 200 militares uruguayos que regresaron al país tras cumplir una misión de paz en la República Democrática del Congo. La ceremonia, que se realizó en la Brigada Aérea N°1, fue una ocasión cargada de reconocimiento institucional y gratitud por el trabajo desarrollado por las tropas en una de las zonas más complejas del continente africano.
Durante la ceremonia, Orsi resaltó el trabajo de los miembros y enfatizó la importancia para el país de tener un grupo que no solo representa a las Fuerzas Armadas, sino también a toda la comunidad uruguaya en entornos internacionales muy exigentes. «Han elevado el prestigio del país con su profesionalismo, dedicación y respeto por los derechos humanos», pronunció en su alocución ante los asistentes.
La labor de las fuerzas armadas en el Congo es una de las iniciativas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, donde Uruguay ha sido tradicionalmente uno de los principales contribuyentes en relación a su población. La intervención uruguaya en estas operaciones se inició en los años 90 y se ha sostenido como una estrategia de Estado, con gobiernos sucesivos apoyando la representación del país en contextos internacionales de conflicto.
El contingente recientemente retornado estuvo desplegado en la zona este de la República Democrática del Congo, donde la situación de seguridad es extremadamente volátil debido a la presencia de grupos armados, tensiones interétnicas y desplazamientos masivos de civiles. En ese contexto, los efectivos uruguayos tuvieron a su cargo tareas de vigilancia, patrullaje, apoyo logístico y asistencia humanitaria en coordinación con organismos internacionales.
Parientes y amigos de los soldados también estuvieron presentes en la ceremonia, en un día que combinó la formalidad del evento con el sentimiento de los reencuentros. Numerosos asistentes habían pasado meses esperando el retorno de sus seres queridos, quienes en la misión no solo tuvieron que superar desafíos operativos, sino también enfrentar demandas personales, como la distancia respecto a sus familias y la adaptación a condiciones difíciles.
Además de Orsi, estuvieron presentes autoridades del Ministerio de Defensa Nacional, del Estado Mayor de la Defensa y representantes de la Fuerza Aérea Uruguaya. Se reconoció formalmente la disciplina y el desempeño del personal involucrado, valorando tanto su preparación técnica como su capacidad de actuar con sensibilidad ante las realidades sociales del terreno en el que operaron.
En su discurso, Orsi utilizó la ocasión para resaltar la importancia de las Fuerzas Armadas en labores relacionadas con la cooperación internacional y el apoyo en situaciones de emergencia, además de su función habitual. Indicó que estos ámbitos presentan un aspecto frecuentemente no reconocido de los militares, donde predomina el compromiso con la paz, la asistencia humanitaria y la cooperación multilateral.
El contingente estuvo integrado por personal de diversas unidades, incluyendo efectivos del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, lo que refleja el carácter conjunto de las operaciones y la coordinación entre diferentes ramas de las Fuerzas Armadas. En el plano operativo, la experiencia también sirvió para fortalecer capacidades logísticas, de comunicación y de adaptación a escenarios de alta complejidad.
Uruguay continúa siendo uno de los países latinoamericanos con mayor participación activa en misiones de paz, lo que le ha valido reconocimiento en el ámbito diplomático y multilateral. La experiencia adquirida en el terreno no solo contribuye a la profesionalización de las tropas, sino que también refuerza el posicionamiento internacional del país como un actor comprometido con la estabilidad global.
Con el retorno de este grupo reciente, vuelve a abrirse el debate respecto a la función de Uruguay en los conflictos internacionales, su aporte a la seguridad colectiva y la importancia estratégica de continuar participando en misiones bajo la dirección de entidades internacionales. Al mismo tiempo, las familias festejan el reencuentro, y la nación honra el servicio de aquellos que, desde la distancia, representaron los valores de la República en un entorno de desafíos globales.