La celebración del centenario del Palacio Legislativo, prevista para el próximo 25 de agosto, desencadenó tensiones tras la propuesta de llevar a cabo un espectáculo musical al aire libre, que habría contado con un presupuesto cercano a los 200 mil dólares. La iniciativa, impulsada por la vicepresidenta y presidenta de la Asamblea General, Carolina Cosse, buscaba incluir destacados artistas nacionales en la explanada del histórico edificio.
El Partido Nacional expresó un fuerte rechazo a la propuesta, calificándola de costosa y extemporánea. Su representante, el senador Javier García, fue especialmente crítico y advirtió: “No hace falta fiestas”, destacando que el prestigio de la casa del pueblo reside en la labor de sus legisladores y no en los eventos ostentosos. La bancada nacionalista puso énfasis en que los recursos públicos deben destinarse con prudencia y evitar celebraciones que puedan ser percibidas como partidarias o ajenas al carácter republicano de la institución.
Frente a esta postura, se ofrecieron alternativas culturales más austeras y representativas. Entre las propuestas se sugirió convocar a coros, orquestas juveniles departamentales y al cuerpo de ballet del Sodre, con la intención de involucrar a artistas de todo el país, en lugar de concentrar el festejo en figuras locales o costosas. Esta estrategia apuntaba a resaltar la diversidad cultural de Uruguay, promoviendo un festejo más inclusivo y acorde con los valores institucionales.
Ante la creciente presión, Cosse aclaró que la conmemoración incluiría otras iniciativas significativas, como la publicación de un libro conmemorativo, la emisión de un sello postal, iluminación especial del edificio y una sesión de la Asamblea General culminando con un pequeño concierto en el salón de los Pasos Perdidos, sin intervención política. Señaló que hubo un malentendido sobre los costos difundidos y defendió que las alternativas están pensadas “por consenso” y en un marco de respeto institucional.
Finalmente, el Frente Amplio eligió cancelar el evento organizado. La Comisión Administrativa, bajo la conducción de Cosse, decidió suprimir la actividad después de admitir la ausencia de acuerdo político. Esta resolución fue vista como un signo de modestia por parte del partido en el poder y como una reacción a las críticas relacionadas con la gestión adecuada de los recursos públicos.
En su defensa, el Partido Nacional reafirmó que la sobriedad republicana debe prevalecer en actos de Estado, especialmente en conmemoraciones institucionales. Reiteraron que no se podía permitir que el centenario del Parlamento derivara en una “fiesta partidaria” que excediera el marco de respeto que la institución merece.
En síntesis, la controvertida iniciativa derivó en una postergación estratégica tras una fuerte reacción de la oposición. La solución consensuada abrió el camino para conmemoraciones simbólicas, culturales y patrimoniales que honren la historia del Palacio Legislativo sin perder de vista los principios de austeridad y cuidado del patrimonio público.